Segundo
tramo de este espectacular camino, que arranca justo al lado de casa, por lo que
nos incorporamos directamente a la ruta el primer día, sin noche previa.
Viernes 17. Atienza-Mandayona (69 km)
A
buena hora estamos ya en la bonita plaza de Atienza, localidad serrana donde
comienza la ruta, aunque entre café, preparar bicis, equipo, fotos y demás
parafernalia, salimos tarde como es la costumbre.
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Atienza |
Esta vez no será mucho
problema porque el recorrido no tiene dificultad y a pesar de todo llegaremos
en hora. Aún así lo arreglamos en seguida porque en los primeros kilómetros hay
varios tramos de sendas con zonas de difícil orientación, que decidimos cambiar
por la alternativa para bici de montaña, que discurre junto al río Cañamares,
más rápida pero no menos atractiva.
Parada obligatoria para reponer fuerzas con su famoso cabrito asado, casi tanto como su altanero castillo. Unas buenas raciones, de las que dejamos los huesos bien apurados y emprendemos ya el último tramo, muy plácido después de un subidón de aúpa, por el valle del Henares para llegar a Mandayona, fin de la jornada. Después de unas cervecitas en el bar de Agustín, conseguimos alojar las bicis en el almacén y con Ramón nos vamos a Sigüenza, donde nos alojamos nosotros.
Paseo, cena y paseo por esta histórica ciudad del Doncel y damos por acabado el día.
Sábado 18. Mandayona-Maranchón (78 km)
Tras
tomar un café, recuperar las bicis y dar las gracias a Agustín por su amabilidad,
emprendemos la que, al menos para mi, es la ruta más bonita de todas las que
hemos hecho hasta ahora.
Río Dulce
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El comienzo no puede ser mejor y recorre al completo
el Barranco del río Dulce, ese espectacular cañón donde la belleza de la
naturaleza, el silencio y el discurrir de sus cristalinas aguas te quitan toda
prisa por irte de allí.
Subimos
hasta Pelegrina para la primera paradita y después volver a bajar y cruzar el
valle, hacemos otro tramo muy bonito aunque diferente y más sacrificado, con
alguna fuerte subida y sendas un poco complicadas, que unos disfrutan y otros
padecen, atravesando una amplia zona de monte que nos llevará hasta Sigüenza.
Segunda parada y recorrido esta vez en bici, incluso hasta el castillo.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhWpFK2za25GIgz0dYiSVBAHL5h2SOfa_ajK8WklQiagNFEWqkmnhmt_MjxhSaJzi5wcFwruttcJIynwdAJeNeYYy9qJdCr_BCj3iK1__wNSO0-WJz8rZFn-n7Z5uTs4pKFf4-elF6-jU8/s320/20150418_105605.jpg)
Tercer
tramo diferenciado, también muy interesante, esta vez en suave ascenso entre densos
pinares que nos lleva hasta Barbatona, donde vuelve a cambiar el paisaje que se
hace más amplio, zonas de monte bajo y, aunque de nuevo volvemos a pedalear
junto al Dulce entre Jodra del Pinar y Estriégana, es su tramo inicial y aún no
hay apenas barranco.
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Barbatona |
Paso por Alcolea y como estaba previsto, a la hora de comer, caemos en Aguilar de Anguita, donde tenemos recomendado comer en Casa Juan, sitio que, como no, también conoce Paquito. Cervecitas frescas, excelente comida y estupenda atención, nos dejan como nuevos para seguir camino. Camino que sigue sorprendiendo y haciéndonos disfrutar, pues tras pasar Anguita, se pega al Tajuña para recorrer varios kms por otro tramo espectacular y de gran interés, de vueltas y revueltas que, valle arriba, nos lleva hasta Luzón, otro pueblo que también nos sorprende y nos obliga a recorrer algunas de sus calles y plazas.
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Luzón |
A la
salida de Luzón, otra senda pedregosa pone un poco de emoción y dificultad y,
ya superada, nos deja en terreno de monte bajo, por caminos entre modernos
molinos de viento, desde donde enfilamos a Maranchón, que ya está a la vista. Buscamos
la casa rural, cenamos de plato combinado en un pequeño bar con animada charla
y fin de esta jornada que, tengo que insistir, nos ha ofrecido una de las
mejores rutas en bici, la mejor para mí en su conjunto.
Domingo 19.
Maranchón-Santa María de Huerta
(76 km)
Cumple
este pueblo con su fama de ser de los más fríos de España y amanece un día de
frío total.
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Medinaceli |
Hace sol, lo que promete mejoría, pero al poco rato de salir se cubre
totalmente y se hace aún más intenso el frío. Así recorremos los primeros kms y
varios pueblos de Soria, con un entorno magnífico de monte de robles y encinas,
cerrados valles o amplias mesetas, pero sin un triste bar donde tomar un café y
cambiar por un poco de calor el mucho frío que llevamos.
Por
fin llegamos a la Estación de Medinaceli, pero decidimos calentarnos primero
con la cuesta y parar ya arriba en el pueblo. Salvo Teo que es capaz de subir
campo a través, los demás hacemos por carretera esta larga subida, para
reconfortarnos luego con unos ricos torreznos y tortillita recién hecha
(inevitable no recordar a Pepe)
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Bar de la estación de Arcos de Jalón |
De
nuevo en ruta, que nos lleva a un tramo muy curioso … y cómodo, pues el camino
discurre durante un buen trecho por la antigua N-II, sin apenas tráfico, compartiendo
el estrecho desfiladero con la vía del tren y el río, por un paraje muy bonito hasta
llegar a Somaén, localidad situada en un impresionante escenario, encaramada en
lo alto y en el centro de una gran curva del río Jalón.
Desde
aquí seguimos el valle del Jalón, ya por camino, hasta el cercano Arcos de Jalón
donde hacemos parada y fonda en el bar de la estación. Ya repuestos, hacemos
los últimos kms por una amplia vega hasta llegar a Santa María de Huerta, fin
de la ruta. Visita y fotos del famoso monasterio, paseo por el pequeño pueblo para
tomar unas cervecitas y, ante la imposibilidad de cenar en ningún bar, lo
hacemos escasamente en la casa rural.
Lunes 20.
Santa María de Huerta-Ateca (52
km)
Última
jornada de este viaje, que no presenta dificultad alguna y que se prevé agradable
puesto que el día amanece soleado y sin frío. Ya en Zaragoza, pasamos por Torrehermosa,
pueblo espectacular muy bonito y muy cuidado que merece una breve parada. Seguimos
por un valle amplio, zona agrícola y de frutales, con pueblos como Ariza o
Cecina, terreno llano que vamos recorriendo a buen ritmo.
Parada
en Alhama de Aragón, un bonito pueblo donde
echamos unas cervecitas en una terraza al sol, en este día espléndido. En la
siguiente tirada llegamos ya a Ateca donde ponemos fin a la ruta con un paseo
turístico por este interesante pueblo aragonés. Finalmente nos reunimos con
Ramón para cargar las bicis, comer y emprender la vuelta.
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Ateca |
Y
así termina, con gran satisfacción, una de las más bonitas e interesantes rutas
que hemos realizado hasta ahora. Pero como la felicidad completa no existe, a
Teo y al que escribe nos amarga un poco la fiesta la DGT (nada comprensivos) con un par de recetitas
por no llevar cinturón. Aunque como dice Pepe, lo que se paga con dinero es
barato!
Muy recomendable esta gran ruta que es el Camino del Cid. Para andar puede ser tedioso en algunos tramos, pero para la bici es un recorrido que está muy bien. Anímate!
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