jueves, 20 de octubre de 2016

El ciclo-turista occidental. Camino Santiago-Fisterra-Muxía-Laxe

1, 2 y 3 octubre 2016

     Es ya habitual que los turistas jacobeos prolonguen su viaje de peregrinación a Santiago hasta el "finis terrae", o lo que es lo mismo hasta el principio de su occidente.
     Hay quien espera varios años por la coincidencia con un clima menos céltico, menos lluvioso, al menos sin grandes temporales, para así si, disfrutar plenamente de estas tierras noroccidentales. Y pese a estas inconveniencias climáticas, actualmente a 1-outubro-2016, las visitan miles de peregrinos, hasta 262.458  en el 2015. Andando o en bicicleta y de muchas nacionalidades.
     Caminan pausadamente, en un goteo contínuo, generalmente en solitario o en pareja, cargando con sus pertrechos en mochilas, cada cual por su motivo particular pero llevando todos el objetivo común de finalizar su viaje en los remotos lugares de Fisterra y Muxia. La bruma hace de hilo conductor de los pensamientos peregrinos por entre las corredoiras, que al sonido de "buen camino" y con la señalización de conchas santiagueras y flechas amarillas, los transportan hasta el KM 0 de todos los caminos.
     Amigo, no hay pérdida posible pero si en algún momento te encuentras desorientado, retrocede hasta el cruce anterior, que seguro encontrarás la señal.

    
 El viaje: La peregrinación en bicicleta de Santiago a Laxe, pasando por Fisterra y Muxia, 173 km, propuestos en tres jornadas.

     1ª Xornada
     El camino parte desde la plaza del Obradoiro, donde recomendamos entrar en la catedral por Platerias (la entrada del Pórtico, la principal, está en obras desde el medievo) y que pases a saludar al santo. Recibe a todo el mundo fieles e infieles, la comunicación es mediante un emocionante abrazo. Luego este abrazo puede ser utilizado, como medida sanatoria, por quien se lo dió, devolviéndolo, a quien lo necesite. Se conocen muchos casos de su sana efectividad.
     Siempre es emocionante empezar un nuevo camino, pero hacerlo desde la plaza del Obradoiro, a primera hora de la mañana, donde es frecuente que se reúnan músicos peregrinos para dar algún tipo de concierto con los instrumentos más raros que te puedas imaginar, te toca la fibra sensible. Desde ahí sales rápidamente de la ciudad por una bajada que conecta ya con un túnel de vegetación entre balados de piedra que será el paisaje habitual de todo el camino. A 8 km existe un mesón, justo en el Alto do Vento, en el que merece la pena detenerse a tomar fuerzas. Es muy acogedor, está lleno de peregrinos, y ponen unas tortillas de buen carbohidrato. Cuidado con el cruce de riachuelos, porque se atraviesan por pequeños y estrechos puentecillos de madera con peligrosos desniveles. Todo el camino es un despliegue vegetativo, entre castaños, robles, eucaliptos o silvas. 
     El hito monumental de este tramo está en Ponte Maceira, pedazo de puente romano sobre el Tambre, formando una cascada y una extensa piscina natural.
     No se cruzan muchos pueblos, pero se pasa por el que dicen  que tiene "la mejor carne del mundo", Negreira, el resto son aldeas sin muchas  posibilidades de repostaje. Aunque hay una aldea, Santa Mariña, conocida porque allí le suelen arreciar los calambres al castigado ciclista, y por esto han surgido un par de barecillos de apoyo al peregrino, como el famoso Bar Casa Pepa, con comida sencilla en plan raciones y menús del día. Aprovechad para aliviaros, echad unas risas con los compañeros y cambiar impresiones y viandas con otros peregrinos, que queda todavía mucho camino, 
    La primera etapa podéis terminarla en Olveiroa, en casa Lonxo, agradable albergue para el descanso. Con servicio de taxi incluido. En esta aldea se abren dos posibilidades para el viajero, una la de seguir directo hacia Fisterra y la otra, ir también pero pasando primero por Muxía. Os aconsejo la primera.
    Parte de la jornada se puede dedicar a visitar el salto de Ezaro, espectacular desembocadura en cascada sobre un paredón de granito del río Xallas. La parte alta está en un promontorio de unos 200m de desnivel +,  suele ser escalada en la famosa Vuelta Ciclista a Spain. Los más aguerridos podéis intentar subirla pero amarraos bien los machos que hay pendientes de hasta el 30%.

    2ª Xornada
     Los desayunos son mediterráneos, la tostada de pan gallego con aceite y tomate, acompañada de zumo de naranja, se ha impuesto por su contundente calidad frente a otras posibilidades. Vigilad vuestro vestuario que puede ocurrir que por el mal descanso nocturno haya quien confunda el culote del revés con el derecho y salga a la calle como un mono de culo rojo, se dan casos.
     La segunda etapa pasa por Cee y Corcubión, dos pueblos mariñeiros que ocupan juntos el fondo de la ria del mismo nombre. La bajada a Cee es peligrosa por su verticalidad. Está bien arreglada y compactada con zahorras, pero cuidado no os llevéis puesto a ningún caminante. Hay unas vistas espectaculares sobre la ria, y es común fotografiarse desde algún mirador con la ayuda de otros peregrinos. Aquí hay varios restaurantes donde degustar pescados y mariscos, pero no puedo recomendaros ninguno por su calidad y precio, quizá el Mar Viva donde tiene la originalidad de que puedas escoger el producto.
    Se sale de Corcubión por un estrecho sendero muy empinado e impracticable, a veces espoleados por viajeros a caballo.
    Hay un lugar al que no se le suele prestar mucha atención pero merece la pena visitarlo, es la playa de Estorde, con su pequeño hotel junto al mar. Es muy buena su orientación  protegida de los vientos dominantes y del oleaje. Allí han pernoctado gallegos singulares.
    Se accede a Fisterra por el extremo norte de su playa Langosteira, un paseo muy agradable.  Se recorre por un camino enlosado de pizarra de principio  a fin, mientras vas dejando sucesivos chiringuitos a la derecha, termina en el famoso "Tira do cordel". Luego coges una cuesta que atraviesa el pueblo y te lleva subiendo 4km, hasta el cabo, típica subida donde el ciclista competitivo aprieta. Llegar aquí con fuerza es un placer, discurre toda por carretera con un 8% de pendiente y eso te permite mantener un buen ritmo.
  Si os acompaña algún "primo Chove" podrá conseguir que al llegar a Fisterra, en la terraza del chiringuito que hay colgado del acantilado en el mismísimo cabo y a escasos metros de su legendario faro, os tengan preparada una empanada de maíz con xoubas. Deliciosisima, espectacular como el paisaje, tendréis que proteger el bocado del posible compañero rezagado aún ausente a capa y espada, pues cuando empiece el festín no habrá quién lo pare.
    Cuando sales de Fisterra tienes otra subida también de las que dejan huella, tiene aprox. 1km al 10%, sobre un firme con mucha gravilla. Se agradece que termine.
    Al pasar al siguiente valle, el de Lires, nos encontramos una bajada con bastante pendiente y con mucho pedrusco suelto. Los iluminados del ciclismo de montaña aconsejan dejar hacer a la bicicleta en estas pedregosas bajadas, dejar que corra rebotando entre piedras, pero yo os aconsejo "ir amodiño".
     En Lires podréis descansar en As Eiras. Un alojamiento especializado en el peregrino. Lo mismo ves un partido de fútbol tomando un refresco, que cenas o desayunas estupendamente. No dejéis de ir hasta el chiringuito de playa Nemiña, donde podréis contemplar una de las mejores puestas de sol de todo el occidente, acompañados de una 1906 y de uno o dos platos de jamón y queso por ejemplo. Al final estas son las cosas que dejan un fantástico recuerdo. En esta playa desemboca el río Castro, y desde el chiringuito se ve como la disfrutan también muchos surferos.

    3ª Xornada.
     Llegando a Muxía divisamos un ejemplo del pasado escandaloso de corrupción, despilfarro e incompetencia, todo cubierto con el manto de la mentira. Lo que iba a ser el parador turístico de la Costa da Morte, una edificación parada, de 5 plantas y tres grúas, a medio construir. Ocupa toda la ladera sur de una preciosa playa semisalvaje. Pasad de largo y no os preocupéis, los gallegos desde el caso Prestige lo soportan todo.
    En Muxía se visita a virxe Da Barca en su santuario. Y se comprueba la existencia de las piedras que también la han hecho famosa, a pedra de abalar que se balancea sola cuando predice desgracias, y a pedra dos cadrís a la que se le atribuyen poderes curativos de los dolores de espalda.
    Uno de los sitios más conocidos de la costa da morte para comer percebes son los bares frente al puerto de Muxía, pero no los encontraréis si váis un lunes. 
    Aquí suele terminar el viaje estándar de todos los peregrinos

 Algunos hay que lo prolongan volviéndose andando a Santiago, pero yo os recomiendo continuar. Continuar bordeando toda la costa hasta Laxe. 
    Seguiréis por  tierras inexploradas, casi salvajes, por caminos que se pierden en bosques de pinos y de lobos, por grandes arenales, por lagunas de agua dulce, pasaréis por  playas cubiertas de enormes cantos rodados por las que pasar a pié  puede ser un auténtico suplicio, cuanto más en bici. Muy pocas personas son capaces de rodar por esa superficie sin caerse. Yo conozco a una, contadme vos si en vuestro viaje os topáis con alguna otra. 
    El camino continúa paralelo a la costa a escasos metros del borde rocoso, discurriendo así por varios kms. Es un ejemplo de jardín natural atlántico, con el suelo cubierto de tapizantes que han logrado adaptarse al clima salino, junto a masas graníticas redondeadas por la erosión del viento, que facilitan el asalto de las ruedas y divierten al habilidoso ciclista peregrino. Una gozada, un recorrido espectacular. No hay nada entre el viajero y el paisaje, solo costa rocosa de la muerte, playas de arena blanca marcada por la marea y oleaje con espuma de algas.
    Hacedme caso, antes de llegar al lugar de Laxe, en cuanto veáis entero el arenal de Soesto ¡deteneos a contemplarlo!, arenal mítico de mil aventuras y ahora cita de campeonatos surferos por ser la playa a la que mas olas entran de toda Galicia. Pero cuidado no os adentréis en sus dunas pues entre ellas habitan rubias sirenas que con su dulce banjo provocan graves daños al ciclista. 
     Se atraviesa Soesto levitando sobre sus arenas por unas pasarelas de madera hasta toparse con el último escollo, una dura rampa con demasiada pendiente para ir montados, desollada y descarnada por las lluvias, te sube directo al monte Santa Rosa, el promontorio que protege Laxe.

    
   Al fin Laxe, en pleno centro da Costa da Morte, lugar también muy marinero. Se atraviesa el corazón de la población en un rápido descenso por pinas rampas de hormigón, pasando junto a la casa del querido Arquitecto Juan José Delgado Juega, natural de este entrañable pueblo, y se llega hasta el paseo marítimo. Allí podéis recompensaros de los esfuerzos del viaje en cualquiera de sus bares frente al muelle pequeño, pero no dejéis de visitar el muelle Nuevo. Al construirlo  se modificó el paisaje natural de la playa, provocando que el mar arrastrase arena sin cesar hasta la orilla y se crearan decenas de pequeñas dunas, que cada vez la alejan más del pueblo. Desde aquí salen muy buenas fotos con el pueblo y sus luces reflejadas en la bahía de fondo.

    Para finalizar os recomiendo el hotel Playa de Laxe , un hotel por encima de la media en estos lares. Podéis dejar una dedicatoria con vuestras impresiones en su libro de visitas, aquí dejaron su huella conocidos grupos trotamundos como el original The Tocapedales.
    En Laxe se puede comer algo sencillo en muchos sitios, pero si váis en el fatídico lunes solo encontraréis moluscos bivalvos y chuleta clásica de ternera. Y si no tenéis motivos logísticos que os lo impidan, os recomiendo el "Mar de Ardora" (podéis verlo en el tripadvisor) expertos en servir lo mejor del dia de pesca, son  buenísimos con las copas, ellos fueron los precursores en España de los gintonis con ginebras premium. 

     Últimos apuntes del viaje:
     No es Galicia tierra de pocos sabores, por eso será que a veces no se encuentran todos. Hay que darle varias oportunidades.
    El vino corre por todo galicia como antes corría la lluvia, hay mucha variedad tanto de blanco como de tinto, mencias, treixadura, godello, macabeo, albariño, loureira. Aunque los lugareños prefieren tempranillo??
       Igual pasa con su cerveza, la Estrella, que también corre, y de esta, su variedad, la 1906, de lo mejor que hay en el mercado, al ciclista le entra fenomenal, aunque acabo de oír por la radio que la cerveza no es una buena bebida recuperadora para el deportista por llevar alcohol y sodio, al revés que las isotónicas. A mi plin.
      Y si al volver pasáis por Astorga parad en Castrillo de los Polvazares a probar su cocido maragato, el curioso pueblo está lleno de restaurantes. Si váis en coche se puede entrar con él en el pueblo pero no lo aparquen delante de ninguna puerta. Aunque después de la pedazo degustación se agradece que el coche quede lejos. A mi la "casa" que más me gusta es La Magdalena, aunque en el Entrepiedras son también mu salaos.

     Espero que ustedes disfruten tanto de este viaje como lo hice yo en su momento. 

    VLamas Castro