jueves, 20 de octubre de 2016

El ciclo-turista occidental. Camino Santiago-Fisterra-Muxía-Laxe

1, 2 y 3 octubre 2016

     Es ya habitual que los turistas jacobeos prolonguen su viaje de peregrinación a Santiago hasta el "finis terrae", o lo que es lo mismo hasta el principio de su occidente.
     Hay quien espera varios años por la coincidencia con un clima menos céltico, menos lluvioso, al menos sin grandes temporales, para así si, disfrutar plenamente de estas tierras noroccidentales. Y pese a estas inconveniencias climáticas, actualmente a 1-outubro-2016, las visitan miles de peregrinos, hasta 262.458  en el 2015. Andando o en bicicleta y de muchas nacionalidades.
     Caminan pausadamente, en un goteo contínuo, generalmente en solitario o en pareja, cargando con sus pertrechos en mochilas, cada cual por su motivo particular pero llevando todos el objetivo común de finalizar su viaje en los remotos lugares de Fisterra y Muxia. La bruma hace de hilo conductor de los pensamientos peregrinos por entre las corredoiras, que al sonido de "buen camino" y con la señalización de conchas santiagueras y flechas amarillas, los transportan hasta el KM 0 de todos los caminos.
     Amigo, no hay pérdida posible pero si en algún momento te encuentras desorientado, retrocede hasta el cruce anterior, que seguro encontrarás la señal.

    
 El viaje: La peregrinación en bicicleta de Santiago a Laxe, pasando por Fisterra y Muxia, 173 km, propuestos en tres jornadas.

     1ª Xornada
     El camino parte desde la plaza del Obradoiro, donde recomendamos entrar en la catedral por Platerias (la entrada del Pórtico, la principal, está en obras desde el medievo) y que pases a saludar al santo. Recibe a todo el mundo fieles e infieles, la comunicación es mediante un emocionante abrazo. Luego este abrazo puede ser utilizado, como medida sanatoria, por quien se lo dió, devolviéndolo, a quien lo necesite. Se conocen muchos casos de su sana efectividad.
     Siempre es emocionante empezar un nuevo camino, pero hacerlo desde la plaza del Obradoiro, a primera hora de la mañana, donde es frecuente que se reúnan músicos peregrinos para dar algún tipo de concierto con los instrumentos más raros que te puedas imaginar, te toca la fibra sensible. Desde ahí sales rápidamente de la ciudad por una bajada que conecta ya con un túnel de vegetación entre balados de piedra que será el paisaje habitual de todo el camino. A 8 km existe un mesón, justo en el Alto do Vento, en el que merece la pena detenerse a tomar fuerzas. Es muy acogedor, está lleno de peregrinos, y ponen unas tortillas de buen carbohidrato. Cuidado con el cruce de riachuelos, porque se atraviesan por pequeños y estrechos puentecillos de madera con peligrosos desniveles. Todo el camino es un despliegue vegetativo, entre castaños, robles, eucaliptos o silvas. 
     El hito monumental de este tramo está en Ponte Maceira, pedazo de puente romano sobre el Tambre, formando una cascada y una extensa piscina natural.
     No se cruzan muchos pueblos, pero se pasa por el que dicen  que tiene "la mejor carne del mundo", Negreira, el resto son aldeas sin muchas  posibilidades de repostaje. Aunque hay una aldea, Santa Mariña, conocida porque allí le suelen arreciar los calambres al castigado ciclista, y por esto han surgido un par de barecillos de apoyo al peregrino, como el famoso Bar Casa Pepa, con comida sencilla en plan raciones y menús del día. Aprovechad para aliviaros, echad unas risas con los compañeros y cambiar impresiones y viandas con otros peregrinos, que queda todavía mucho camino, 
    La primera etapa podéis terminarla en Olveiroa, en casa Lonxo, agradable albergue para el descanso. Con servicio de taxi incluido. En esta aldea se abren dos posibilidades para el viajero, una la de seguir directo hacia Fisterra y la otra, ir también pero pasando primero por Muxía. Os aconsejo la primera.
    Parte de la jornada se puede dedicar a visitar el salto de Ezaro, espectacular desembocadura en cascada sobre un paredón de granito del río Xallas. La parte alta está en un promontorio de unos 200m de desnivel +,  suele ser escalada en la famosa Vuelta Ciclista a Spain. Los más aguerridos podéis intentar subirla pero amarraos bien los machos que hay pendientes de hasta el 30%.

    2ª Xornada
     Los desayunos son mediterráneos, la tostada de pan gallego con aceite y tomate, acompañada de zumo de naranja, se ha impuesto por su contundente calidad frente a otras posibilidades. Vigilad vuestro vestuario que puede ocurrir que por el mal descanso nocturno haya quien confunda el culote del revés con el derecho y salga a la calle como un mono de culo rojo, se dan casos.
     La segunda etapa pasa por Cee y Corcubión, dos pueblos mariñeiros que ocupan juntos el fondo de la ria del mismo nombre. La bajada a Cee es peligrosa por su verticalidad. Está bien arreglada y compactada con zahorras, pero cuidado no os llevéis puesto a ningún caminante. Hay unas vistas espectaculares sobre la ria, y es común fotografiarse desde algún mirador con la ayuda de otros peregrinos. Aquí hay varios restaurantes donde degustar pescados y mariscos, pero no puedo recomendaros ninguno por su calidad y precio, quizá el Mar Viva donde tiene la originalidad de que puedas escoger el producto.
    Se sale de Corcubión por un estrecho sendero muy empinado e impracticable, a veces espoleados por viajeros a caballo.
    Hay un lugar al que no se le suele prestar mucha atención pero merece la pena visitarlo, es la playa de Estorde, con su pequeño hotel junto al mar. Es muy buena su orientación  protegida de los vientos dominantes y del oleaje. Allí han pernoctado gallegos singulares.
    Se accede a Fisterra por el extremo norte de su playa Langosteira, un paseo muy agradable.  Se recorre por un camino enlosado de pizarra de principio  a fin, mientras vas dejando sucesivos chiringuitos a la derecha, termina en el famoso "Tira do cordel". Luego coges una cuesta que atraviesa el pueblo y te lleva subiendo 4km, hasta el cabo, típica subida donde el ciclista competitivo aprieta. Llegar aquí con fuerza es un placer, discurre toda por carretera con un 8% de pendiente y eso te permite mantener un buen ritmo.
  Si os acompaña algún "primo Chove" podrá conseguir que al llegar a Fisterra, en la terraza del chiringuito que hay colgado del acantilado en el mismísimo cabo y a escasos metros de su legendario faro, os tengan preparada una empanada de maíz con xoubas. Deliciosisima, espectacular como el paisaje, tendréis que proteger el bocado del posible compañero rezagado aún ausente a capa y espada, pues cuando empiece el festín no habrá quién lo pare.
    Cuando sales de Fisterra tienes otra subida también de las que dejan huella, tiene aprox. 1km al 10%, sobre un firme con mucha gravilla. Se agradece que termine.
    Al pasar al siguiente valle, el de Lires, nos encontramos una bajada con bastante pendiente y con mucho pedrusco suelto. Los iluminados del ciclismo de montaña aconsejan dejar hacer a la bicicleta en estas pedregosas bajadas, dejar que corra rebotando entre piedras, pero yo os aconsejo "ir amodiño".
     En Lires podréis descansar en As Eiras. Un alojamiento especializado en el peregrino. Lo mismo ves un partido de fútbol tomando un refresco, que cenas o desayunas estupendamente. No dejéis de ir hasta el chiringuito de playa Nemiña, donde podréis contemplar una de las mejores puestas de sol de todo el occidente, acompañados de una 1906 y de uno o dos platos de jamón y queso por ejemplo. Al final estas son las cosas que dejan un fantástico recuerdo. En esta playa desemboca el río Castro, y desde el chiringuito se ve como la disfrutan también muchos surferos.

    3ª Xornada.
     Llegando a Muxía divisamos un ejemplo del pasado escandaloso de corrupción, despilfarro e incompetencia, todo cubierto con el manto de la mentira. Lo que iba a ser el parador turístico de la Costa da Morte, una edificación parada, de 5 plantas y tres grúas, a medio construir. Ocupa toda la ladera sur de una preciosa playa semisalvaje. Pasad de largo y no os preocupéis, los gallegos desde el caso Prestige lo soportan todo.
    En Muxía se visita a virxe Da Barca en su santuario. Y se comprueba la existencia de las piedras que también la han hecho famosa, a pedra de abalar que se balancea sola cuando predice desgracias, y a pedra dos cadrís a la que se le atribuyen poderes curativos de los dolores de espalda.
    Uno de los sitios más conocidos de la costa da morte para comer percebes son los bares frente al puerto de Muxía, pero no los encontraréis si váis un lunes. 
    Aquí suele terminar el viaje estándar de todos los peregrinos

 Algunos hay que lo prolongan volviéndose andando a Santiago, pero yo os recomiendo continuar. Continuar bordeando toda la costa hasta Laxe. 
    Seguiréis por  tierras inexploradas, casi salvajes, por caminos que se pierden en bosques de pinos y de lobos, por grandes arenales, por lagunas de agua dulce, pasaréis por  playas cubiertas de enormes cantos rodados por las que pasar a pié  puede ser un auténtico suplicio, cuanto más en bici. Muy pocas personas son capaces de rodar por esa superficie sin caerse. Yo conozco a una, contadme vos si en vuestro viaje os topáis con alguna otra. 
    El camino continúa paralelo a la costa a escasos metros del borde rocoso, discurriendo así por varios kms. Es un ejemplo de jardín natural atlántico, con el suelo cubierto de tapizantes que han logrado adaptarse al clima salino, junto a masas graníticas redondeadas por la erosión del viento, que facilitan el asalto de las ruedas y divierten al habilidoso ciclista peregrino. Una gozada, un recorrido espectacular. No hay nada entre el viajero y el paisaje, solo costa rocosa de la muerte, playas de arena blanca marcada por la marea y oleaje con espuma de algas.
    Hacedme caso, antes de llegar al lugar de Laxe, en cuanto veáis entero el arenal de Soesto ¡deteneos a contemplarlo!, arenal mítico de mil aventuras y ahora cita de campeonatos surferos por ser la playa a la que mas olas entran de toda Galicia. Pero cuidado no os adentréis en sus dunas pues entre ellas habitan rubias sirenas que con su dulce banjo provocan graves daños al ciclista. 
     Se atraviesa Soesto levitando sobre sus arenas por unas pasarelas de madera hasta toparse con el último escollo, una dura rampa con demasiada pendiente para ir montados, desollada y descarnada por las lluvias, te sube directo al monte Santa Rosa, el promontorio que protege Laxe.

    
   Al fin Laxe, en pleno centro da Costa da Morte, lugar también muy marinero. Se atraviesa el corazón de la población en un rápido descenso por pinas rampas de hormigón, pasando junto a la casa del querido Arquitecto Juan José Delgado Juega, natural de este entrañable pueblo, y se llega hasta el paseo marítimo. Allí podéis recompensaros de los esfuerzos del viaje en cualquiera de sus bares frente al muelle pequeño, pero no dejéis de visitar el muelle Nuevo. Al construirlo  se modificó el paisaje natural de la playa, provocando que el mar arrastrase arena sin cesar hasta la orilla y se crearan decenas de pequeñas dunas, que cada vez la alejan más del pueblo. Desde aquí salen muy buenas fotos con el pueblo y sus luces reflejadas en la bahía de fondo.

    Para finalizar os recomiendo el hotel Playa de Laxe , un hotel por encima de la media en estos lares. Podéis dejar una dedicatoria con vuestras impresiones en su libro de visitas, aquí dejaron su huella conocidos grupos trotamundos como el original The Tocapedales.
    En Laxe se puede comer algo sencillo en muchos sitios, pero si váis en el fatídico lunes solo encontraréis moluscos bivalvos y chuleta clásica de ternera. Y si no tenéis motivos logísticos que os lo impidan, os recomiendo el "Mar de Ardora" (podéis verlo en el tripadvisor) expertos en servir lo mejor del dia de pesca, son  buenísimos con las copas, ellos fueron los precursores en España de los gintonis con ginebras premium. 

     Últimos apuntes del viaje:
     No es Galicia tierra de pocos sabores, por eso será que a veces no se encuentran todos. Hay que darle varias oportunidades.
    El vino corre por todo galicia como antes corría la lluvia, hay mucha variedad tanto de blanco como de tinto, mencias, treixadura, godello, macabeo, albariño, loureira. Aunque los lugareños prefieren tempranillo??
       Igual pasa con su cerveza, la Estrella, que también corre, y de esta, su variedad, la 1906, de lo mejor que hay en el mercado, al ciclista le entra fenomenal, aunque acabo de oír por la radio que la cerveza no es una buena bebida recuperadora para el deportista por llevar alcohol y sodio, al revés que las isotónicas. A mi plin.
      Y si al volver pasáis por Astorga parad en Castrillo de los Polvazares a probar su cocido maragato, el curioso pueblo está lleno de restaurantes. Si váis en coche se puede entrar con él en el pueblo pero no lo aparquen delante de ninguna puerta. Aunque después de la pedazo degustación se agradece que el coche quede lejos. A mi la "casa" que más me gusta es La Magdalena, aunque en el Entrepiedras son también mu salaos.

     Espero que ustedes disfruten tanto de este viaje como lo hice yo en su momento. 

    VLamas Castro


lunes, 26 de septiembre de 2016

La Ruta Jacobea de Gran Canaria

25 septiembre 2016

Crónica de un viaje por hacer, que por la virtud del narrador, parece hecho.

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  1. dia ...Un ciclista puede alguna vez en la vida, pasar por Gran Canaria para hacer su Ruta Jacobea http://www.grancanaria.com/patronato_turismo/ES.28430.0.html Cruza la isla de norte a sur. El viaje no empieza en Agaete, pero No se puede pasar por Gran Canaria sin bañarse en su bahia, el Puerto de las Nieves, donde antes hubo un dedo de Dios, que una tormenta de otra religión derribó. En Agaete hay que cenar en la cofradía de pescadores, temprano, mientras anochece. Allí cercana, se ve la  silueta del Teide con cada puesta de sol. Sabe a malvasía y huele a peixe a la brasa.
  2. dia....Hoy nada de marikonadas, salimos temprano y bien desayunaos de gofio. La subida empieza pronto, vamos al encuentro del camino que viene de Galdar y nos dirigimos a la Cruz de Tejeda. Cruce de caminos en el punto más alto de la isla. La subida tiene tela telita tela, pero es impresionantemente bonita con un espectacular paisaje de cumbres, calderas, volcanes y pinos. No nos fijamos en la pendiente. Hay varias paradas de repostaje programadas por el camino. Al final salvaremos unos 1700m de desnivel. En la Cruz un parador acojonante y un restaurante ideal para el tocapedalismo "el asador de Yolanda" con toda la tipología de comida canaria: carnes a la brasa, papas y ensaladas, sobre todo.
  3. dia....En el centro de la isla está el Roque Nublo,  No se puede pasar por Gran Canaria sin acercarse al Nublo se tardan 90min andando(ida, vuelta y fotos). Después de andar seguimos en la bici subiendo un poquito más, hasta el Pico de las NIeves, el punto de más altitud. Y luego visitamos el lugar de Ayacata, ya de bajada, mítica zona para escaladores y moteros, lugar de cerveza y parrillas con vistas a la sierra. Desde allí bajaremos hasta Tunte, capital de la montaña, donde haremos noche en una bodega rehabilitada.
  4. dia...Alegraos chavales todo bajada hasta la playa del inglés, 28km de aire fresco en la cara. A lo mejor hay algún repechín pero solo para descansar las manos de las frenadas. No se puede pasar por Gran Canaria sin hacer el inglés en la  Playa del Inglés: darse un baño y sentarse a mirar.
  5. día...Vuelta costera desde Maspalomas a Mogán, ida y vuelta. No se puede pasar por el sur de Gran Canaria sin ver las dunas de Maspalomas, y comerse un pescado en Mogán. Ruta  tranquila por carretera y urbanizaciones, pegada al mar, pasando por el pueblo de Silva y Valerón, Arguineguín.
  6. dia...A Las Palmas a darse un baño en Las Canteras  y pa casa. No se puede pasar por Las Palmas sin bañarse en la playa de las Canteras (hay aseos y duchas para quedarse como nuevo después del baño) y darse luego una vuelta por Vegueta, la 1ªciudad colonial. Ver la casa de Colón, rendirle un poco de respeto y comer junto al mercado, ya con el tiempo justo de salir para el aeropuerto.
  7. día...Un ciclista tiene que venir alguna vez en la vida a Gran Canaria. Aunque haya que preparase un poquito chavales y estar más atentos.

          VLamas Castro


Resultado de imagen de gran canaria

lunes, 8 de agosto de 2016

Viaje por la Sierra del Segura

Cuando actualizamos las últimas aventuras a primeros de este año, se nos pasó uno de los viajes cuya crónica andaba por ahí, no sabemos si en la mente de alguien, a medio camino de ser realidad o ya hecha y perdida por algún rincón de ese vasto mundo de la web.

Un misterio. Pero ahora ha aparecido y la publicamos para entretenimiento de quién tenga un rato que dedicarle. Ahí va ...

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Antes de la siguiente crónica de la ruta por las tierras onubenses os quería contar lo sucedido en el último viaje a La Parrilla.
Sé que es un coñazo leerlo pero a mí me gusta escribirlo y mandarlo es gratis.

Sí amigos… tengo la impresión de que existen rutas con misterio.
Os contaré lo sucedido en la más reciente.

La Parrilla. Ya sabéis que un reducidísimo grupo tocapedal – Pac, Pak, Pep, Vic - visitó recientemente las sierras y calares del Segura.
Habíamos salido pronto para llegar antes del anochecer. A las dos de la tarde y por recomendación del primo de Paco, Pedro el de Abarán, paramos a comer en Isso de Hellín, en el restaurante de los hermanos Cantero, donde nos atendió el Cantero joven. Recomendable venta de buen sabor e inmejorable precio y remate de chupito de aguamiel. Con la panza contenta reanudamos el camino hacia Elche de la Sierra, último reducto civilizado por eso se nos ocurrió, dadas las fechas prenavideñas, parar a comprar lotería y buscando el lugar de la administración, entramos en un pub donde unos jóvenes jugaban a cartas. Entonces no sé si Pakito, Paco, qué más da, dijo … hace un  mus ¿? y surgió el reto ….. tres horas tres estuvimos que si paso que si envido. Se nos fue la olla ….  y la tarde. 
Cuando continuamos  la ruta ya era noche cerrada.  Llegamos  sobre las diez.  Había luces en la escuela, allí  Mario echaba los últimos arrastros al subastao precena. Qué alegría volver a encontrarnos con los viejos amigos. Descorchamos botellas y cenamos un poco de todo, recuerdo especialmente unos ravioli con nata, espectaculares, hechos especialmente a petición del  músculo ciclista. Después de cenar dimos un paseo por carretera hacia el lugar dónde llegaríamos el día siguiente, y establecimos el punto exacto de la línea de meta con una referencia marcada en el asfalto.
Satisfechos por el día transcurrido nos acostamos tranquilamente, Pak y yo arriba, en la planta abuhardillada  y el resto en las habitaciones de la planta baja.
A media noche me despertó el ventarrón que se oía al zumbar en las carrascas cercanas. Y he de confesar que me preocupé un poco, pensando que el vendaval nos impediría salir al día siguiente, o como poco, nos haría cambiar la ruta por otra más ligth.  Aproveché el insomnio para visitar el mingitorio, y fue posar un pié en el suelo cuando lo oí por primera vez (misterio acojonante). Claramente pero bajito, como si se quejara la madera al pisarla. Varias veces me desperté en la noche, y el vendaval continuaba, y repitiendo el movimiento de levantarme siempre lo oí, la misma palabra, prolongando el misterio en medio del sueño,  hasta que apareció el día y con él , la lumbre, los panes tostados, el café, el aceinte y la miel.

Como suele pasar en el grupo, nadie habló de abandonar ¿? Y eso que el día continuaba muy desapacible, amenazaba lluvia y el viento no cesaba. Amargo oficio el de ciclista. Con resignada actitud nos subimos a nuestras queridas bicis y tiramos p´arriba, que como ya sabéis los que habéis ido por allí, es un buen cuestón de 500m de desnivel en seis km. Muy exigente, con zonas de mucha piedra y dura pendiente que te pone el corazón a cien. Pero a la vez es un camino fantástico, vas ascendiendo por el bosque de pino negral, repleto de jaras, tomillos, salvias y quejigos ….. me encanta ¡! , tiene algo especial. La ascensión termina en un sendero difícilmente ciclable, sólo capaces el Teo o alguna 29 y poco más.

Cuando corona el alto hay una gran pradera en pendiente donde siempre te asalta la emoción porque las condiciones climáticas se extreman. La última vez que estuvimos había una ventisca con nieve y niebla impresionante, casi rozamos  la tragedia pues en el tramo de sendero perdimos a Pepe que se desvió de la ruta por el desconcierto en la tormenta. Pero bueno ya sabéis que finalmente lo encontramos.
En esta ocasión hacia una pechá de viento que al igual que nosotros coronaba el alto alzándose desde la otra vertiente, encontrándonos de frente, impresionante, solo pudimos tomar las fotos de rigor y salir pitando  haciendo equilibrios hacia el hueco de Tus.

El hueco de Tus. Un cerrado y escondido valle regado por el rio Tus entre dos calares de más dos mil metros. Pequeñas aldeas se salpican por un recorrido ahora de bajada de unos 7 kms hasta el fondo del valle, donde hay un tranquilo camping, y un poco más allá un conocido balneario. Antes de comenzar la siguiente ascensión, parada de rigor en bar&café en el mismo valle y luego hacia el calar de la sima. Otros 400m de desnivel. Cruzas un bonito puente de madera sobre el rio y empieza la subida. El primer tramo es una sucesión de rampas de hormigón, tipo Muela de Alarilla, sin tanta pendiente pero de 2km de longitud. Subimos hasta  la bifurcación con el calar de la Sima, dónde nunca nos hemos acercado pero ya llegará el día. Desde este punto rumbo a Yeste,  a unos 22 kms por carretera. 

Yeste. Bonito pueblo serrano de marcada huella árabe. Comimos en el mismo hotel que hace dos años pero se notó, a peor, que habían cambiado al cocinero. Mala suerte. Café sin copa, y salida que queda mucho hasta raspilla.

Raspilla.  9km de suave subida por carretera de montaña, entre pinares y prados. Al llegar se ve el único cartel existente que anuncia la dirección de La Parrilla, y ahí comienza el último rampón y con él las escaramuzas del grupo en la pugna por llegar los primeros. Pero no por competitividad, noooooooo …… sino por gastar adecuadamente  las últimas energías. Coronó Pepe en severa  disputa con Pakito, y luego llegamos Paco y yo, pues reservamos las fuerzas para aguantarle duro a Mario en la escuela.

La fiesta en la Escuela. Nada más llegar paramos en la escuela a tomar una cerveza. La escuela es el bar, la iglesia, la discoteca, el casino, el ayuntamiento, el centro médico .... Aquí se reúne la gente para contarse, porque los parrilleros están contaos. Después del tercio, a casa, a preparar el partido Madrid/Barsa. La expectación nos la jodió bastante un culé de Molinicos que nos estuvo hurgando el jodio todo el partido hasta que le espetamos un ”va usté a la mierda oiga”. 0-3. Pero el desastre no nos quitó la gana de cenar. El entrante fue un plato que por aquí llaman “ajo y harina”, una especie de gachas manchegas muy sabrosas …. y el segundo un plato de codillo al completo. Luego tónico reponedor y al baile. Nos acercamos la línea madura, los chavales se quedaron encamaos. En la fiesta estuvimos hasta que comprobamos to el ganao y nos percatamos de los precios de los gintonis. Luego a descansar que falta nos iba a hacer para subir a Las Quebraas.


La subida a las Quebráaas. Al día siguiente subimos a esta aldea situada casi en lo alto del Calar pero en dirección contraria a Tus. Otra cuesta memorable, dura, tortuosa, bonita, sombría, por carretera hasta la misma fuente del calar. Seguimos un rato por el camino hacia Molinicos para alcanzar las mejores vistas sobre el valle y nos volvimos para que nos diera tiempo de hacer el tour por la Torre del Señorito y la aldea abandonada de Raspilla, el pueblo dónde nació Mario. Cuando llegamos a casa ya se había acabado la fiesta de San Juan, dónde todos, creyentes si o si, pasean al Santo por el pueblo mientras lanzan los cohetes prendidos por uno que se va fumando un puro.

La fiesta de San Juan. Os hago un resumen 'fotográfico' de la fiesta grande de La Parrilla. Los mozos todo el día con el botellín en la mano en la zona del bar, con el cansancio postrero del día previo de caza. Las mozas arreglás a bailar entre ellas o con algún despistao.  Todos revueltos, menos los tocap que tienen que  dormir  tan cansaditos los pobres,  haciendo la ronda entre los dos garitos del pueblo. Mario el señor de la música y la marcha, con su órgano Hammond Leo Rubio street band. La Mari a darle de comer a todos los santos. Y la chavalería a su bola poniendo petardos frente a la escuela, convertida en autentico parlamento de este pueblo serrano de los calares del Segura y las Villas.

Deciros que ya no volví a oír aquel gemido misterioso en la noche, lejano pero claro aún en plena tormenta y que se producía nada más tocar delicadamente el suelo con mi pie desnudo, solo una palabra …………………maricoooón …………. Y luego silencio.

Saludos compadres y disculpad nuevamente, soy un capullo pero no tengo peligro.
Poli al Recuenco y más allá. Podemos ir hasta dónde aguantemos….. que vamos a aguantar hasta el final.


VIC



miércoles, 6 de enero de 2016

Puesta al día: casi dos años de viajes

7 enero 2016

Casi dos años habíamos dejado de publicar las crónicas de nuestras rutas. Olvido, pereza ... el caso es que aquí teníamos este hueco del espacio virtual lleno de telarañas y hemos decidido ponernos al día.

Tampoco es que hayan sido muchos los viajes, ni sabemos si le interesa a alguien, pero la verdad es que resulta agradable repasar el recuerdo de tantos buenos ratos pasados y sacar de la memoria las imágenes de tantos sitios espectaculares, mientras se va haciendo el relato de esas vivencias aunque sólo sea para nosotros o nuestros amigos.

Si además sirve para que cualquier chalado de la bici como nosotros, se anime a cogerla y, solo o mejor con amigos, recorra cualquiera de ellas y disfrute tanto como nosotros, pues aún nos alegraría más, pues nos gusta tanto montar en bici que no paramos de animar a quien se nos pone a tiro para que se una.

Así que ahí están, todas muy recomendables de leer, desde el verano de 2014 que nos fuimos a Galicia.

Que os gusten ... las crónicas y las rutas!!!



El Camino del Cid. La Conquista de Valencia

3 al 6 octubre 2015

  • Después de tener hasta los hoteles ya reservados en Galicia, y a Chove esperando con la caña, decidimos cambiar la ruta por la amenaza cierta de un vendaval de aire y lluvia.
Viramos al este, elegimos La Conquista de Valencia, 4ª etapa del Camino de Cid: Cella - Valencia viaje para cuatro días, total 240km.

Eugenio no vino pero Natalio vino si, sin segundas, en total 8 variopintos pasajeros y un timonel catalán a muncha honra: Ramón.


Cella. Divina su fuente, enorme el pozo, surge del suelo y riega toda la comarca bajo un estricto orden medieval.
Fantástica casa rural para empezar un viaje de colegas, 9 o 10 habitaciones con sus baños, horno de pan, gran mesa de reuniones y bonita restauración. Por allí mismo pasa la vía verde.

La vía verde de los Ojos Negros, es una tediosa vía donde a los cicloturistas se nos ponen los ojos negros de tanto apretar. A veces por cambiar de rutina, alguien se para en una finca a coger y comer y tirar caquis a los demás, que se los comen con gusto. Se utilizó para bajar hierro desde Ojos Negros hasta los altos hornos de Sagunto.
Mora de Rubielos donde pernoctamos la 1ª noche es primo de Rubielos de Mora que es un pueblo de señoritos, con lindos palacios y grandes casonas restauradas, pero no hay gente, están todos en Teruel.

Teruel es una pequeña ciudad que sin la plaza del torico, las cuatro torres mudéjares, las dos catedrales, el barrio antiguo y peatonal, las plazas mayores, el aeropuerto y el jamón, no vale nada, no existe. El arte mudéjar lo practicaban los árabes que quedaban en suelo cristiano y el mozárabe los cristianos que estaban en suelo árabe. Ni Dios en su sitio, nunca mejor dicho.





Montanejos. Lo más espectacular, de aúpa la bajada al pueblo, fuimos como cabras por riscos impracticables del alto Mijares. Después de una notable subida repleta de repechones aparecimos en lo alto el cerro, encaramados a unos farallones de piedra que por escarpados daban miedo hasta a los andantes. Alguno perjuró en arameo sin saber por dónde llevar la bici en esas estrechas sendas prácticamente colgadas sobre el precipicio, incluso se habló, con la condición de sobrevivir, de hacer algún escrito-denuncia a la organización responsable del trazado, (aunque ahora en la templanza nos alegramos de la experiencia)


Ya en el pueblo fuimos directos a ver su río termal. El paraje es un rincón costarricense en plena serranía castellonense , por su mucha verdura y por los 27º del agua del río durante todo el año. Como PacoE conocía el sitio nos guió río arriba por cuevas y chorreras, era media tarde casi anocheciendo, con las putas chinas de testigo ... en las chanclas.

El Gran Puerto de la ruta. Poli hizo bien en evitarlo y Pepe hizo bien en no dejarle solo, supieron escabullirse de la subida al alto Pino Rey, 520m de desnivel con alguna 'rampita' interesante.

Desde Montán el comienzo por carretera metía miedo en el cuerpo, cuando se terminó la carretera continuaba por una empinada pista entre pinares, al final se hizo y no fue para tanto. Continuamos el viaje por la Ojos Negros hasta Torres Torres, dónde un amable mecánico también ciclista nos permitió pernoctar en su garaje las bicis y el carro. En este tramo tiene razón Pepe que no pasamos por ningún pueblo y los había importantes (Jérica, Segorbe), … no estuvo a la Altura.


  • Luz de atardecer y neones, calma chicha y parejitas retozando por aquí y por allá en la Malvarrosa cuando nos bañamos. Llegamos andando desde el hotel, sin tranvía, el agua seguía a 27º y olía a paella.

Cena en Valencia. Paella. Para mi gusto bastante seca, de poco espesor, el experto dice que son así, sabor austero, plato humilde, ingredientes fijos, me sorprendió. Comimos de varios “tipos” y las opiniones estuvieron encontradas. Que si la de marisco, que la de verduras… Es igual, al ciclista con el arroz le pasa como al prota de la peli con el putón verbenero, se lo termina comiendo.

Hablando de comer, cada vez le encontramos más juego a las casas rurales, sobre todo si están bien acondicionadas con una buena cocina, como fue el caso en Cella. Cenamos sabrosas tortillas estilo de la casa, ensaladas y tapeos varios, gracias a Pakito y su ayudante Nata, siempre dispuestos al servicio/sacrificio. Yo de pinche, y Pepe de probador.




Petrés la alegría de la huerta. Para cumplir la tradición en la zona, paramos la última mañana en una cantina dónde servía y exhibía sus formas, con singular simpatía, una reconocida buena moza. Y ya almorzados, se oyó decir a alguien desde el fondo de su corazón, “vaya chocho rico”.
Aunque después he descubierto que este pueblo no estaba en el camino original….??????

En La Ciudad de las Artes. Final de la etapa y de la ruta. Teo se metió con la bici por uno de los estanques de agua azul que hay entre los esqueléticos edificios del parque y paseó como si nada, fue tan inesperado que nadie se apercibió, ni nosotros ni los jurados, no le tomamos película, ni imagen alguna. Teyñyyy estas cosas se avisan, para que PacoE pueda hacer unas tomas adecuadas, traveling incluido.

Cada día tenemos más contento a nuestro bipresi Adolfo porque afrontamos las enchentas de forma más moderada. En este viaje la vez que más cenamos (Pizzeria Montanejos Plaza de España 6, viendo el partido Madrid 1- Atleti 1) sólo cayeron cuatro botellas de vino y la ristra de platos en la nota solo alcanzó los 22 cm, que eso no lo tiene cualquiera.

“El Cid tomó Valencia el 15 de junio de 1094 después de un durísimo asedio. Gobernó como príncipe y aquí murió en el año 1099. Se cuenta que tras la conquista subió a la torre del alcázar para ver sus posesiones”

Saludos,
VIC


El Barranco del río Dulce

30 mayo 2015

No podíamos permitir que una de las mejores rutas, si no la mejor, que hemos hecho a lo largo del tiempo, se la perdieran los compañeros toc@pedaleros que no pudieron venir a la última etapa del Camino del Cid, a través de la siempre sorprendente Guadalajara.


Como la ruta completa (que narramos en el post anterior del Camino del Cid) es demasiado larga para una mañana y no vuelve al punto de partida, optamos por el tramo que recorre el río Dulce, sin duda el más atractivo, para disfrutarlo con tranquilidad, y la comida en Casa Juan de Aguilar de Anguita. O sea, lo mejor de lo mejor.

Así pues, arrancamos en Mandayona recorriendo desde el principio este espectacular paraje que es el Barranco del Rio Dulce … Aragosa, La Cabrera y finalmente Pelegrina, a ritmo de paseo para no perdernos detalle, admirando cada recodo del camino y comentando continuamente la gran belleza de este recorrido, que además está tan cerca, prometiéndonos que no será la última vez que vengamos.

Al llegar a Pelegrina, hacemos la corta pero dura subida hasta la entrada del pueblo, donde nos premiamos con una cervecita y su correspondiente pinchito de tortilla. Descendemos por la otra parte y seguimos por el cañón un último trecho, cruzamos por el puente de madera y, tras una dura y técnica subida, salimos al llano que nos va a llevar hasta Torremocha.

El regreso lo hacemos por arriba, dando la vuelta por Algora, pasando algunos tramos de monte hasta llegar a Mirabueno y desde allí, en lo alto de la cornisa que se asoma al valle, por una empinada y vertiginosa bajada llegamos de nuevo a Mandayona para terminar la ruta.

Otra opción que sugerimos y que fue la ruta original (y que seguramente haremos la próxima vez), es ir desde Pelegrina hasta Sigüenza y después de una visita a este conjunto histórico artístico, regresar por el mismo camino a Mandayona, disfrutando doblemente del recorrido.

Después de cargar las bicis nos refrescamos con unas cervecitas en casa de Agustín y ponemos rumbo a Aguilar para darnos el merecido homenaje en Casa Juan. Por supuesto no defrauda y, como la vez anterior, disfrutamos de una magnífica comida debidamente acompañada por cervecita fresca y un vino rico, en la que no falta la orejita a la plancha, la tabla de ibéricos o el plato de cuchara del día. Muy recomendable, se haya ido en bici o no.


Viaje de vuelta y fin de la jornada. Es o no es para repetir?  Pues eso!



lunes, 4 de enero de 2016

El Camino del Cid. Tierras de Frontera

17 al 20 abril 2015

Segundo tramo de este espectacular camino, que arranca justo al lado de casa, por lo que nos incorporamos directamente a la ruta el primer día, sin noche previa.

Viernes 17. Atienza-Mandayona  (69 km)

A buena hora estamos ya en la bonita plaza de Atienza, localidad serrana donde comienza la ruta, aunque entre café, preparar bicis, equipo, fotos y demás parafernalia, salimos tarde como es la costumbre.
Atienza

Esta vez no será mucho problema porque el recorrido no tiene dificultad y a pesar de todo llegaremos en hora. Aún así lo arreglamos en seguida porque en los primeros kilómetros hay varios tramos de sendas con zonas de difícil orientación, que decidimos cambiar por la alternativa para bici de montaña, que discurre junto al río Cañamares, más rápida pero no menos atractiva.

Paso por el mítico lugar de Robledo de Corpes, donde la leyenda fija la deshonrosa Afrenta de Corpes, y bordeando la minera Hiendelaencina, entramos en una zona de pinares que desciende hasta el embalse de Pálmaces con unas espectaculares vistas. Seguimos disfrutando de este impresionante escenario, metidos de nuevo en el valle del Cañamares, que vadeamos en ocasiones para goce de Teo, con bonitos tramos de senda y pequeños y cuidados pueblos, hasta llegar a Jadraque.

Embalse de Pálmaces


Parada obligatoria para reponer fuerzas con su famoso cabrito asado, casi tanto como su altanero castillo. Unas buenas raciones, de las que dejamos los huesos bien apurados y emprendemos ya el último tramo, muy plácido después de un subidón de aúpa, por el valle del Henares para llegar a Mandayona, fin de la jornada. Después de unas cervecitas en el bar de Agustín, conseguimos alojar las bicis en el almacén y con Ramón nos vamos a Sigüenza, donde nos alojamos nosotros.

Paseo, cena y paseo por esta histórica ciudad del Doncel y damos por acabado el día.

Sábado 18. Mandayona-Maranchón  (78 km)

Tras tomar un café, recuperar las bicis y dar las gracias a Agustín por su amabilidad, emprendemos la que, al menos para mi, es la ruta más bonita de todas las que hemos hecho hasta ahora.

Río Dulce
El comienzo no puede ser mejor y recorre al completo el Barranco del río Dulce, ese espectacular cañón donde la belleza de la naturaleza, el silencio y el discurrir de sus cristalinas aguas te quitan toda prisa por irte de allí.


Subimos hasta Pelegrina para la primera paradita y después volver a bajar y cruzar el valle, hacemos otro tramo muy bonito aunque diferente y más sacrificado, con alguna fuerte subida y sendas un poco complicadas, que unos disfrutan y otros padecen, atravesando una amplia zona de monte que nos llevará hasta Sigüenza. Segunda parada y recorrido esta vez en bici, incluso hasta el castillo.


Tercer tramo diferenciado, también muy interesante, esta vez en suave ascenso entre densos pinares que nos lleva hasta Barbatona, donde vuelve a cambiar el paisaje que se hace más amplio, zonas de monte bajo y, aunque de nuevo volvemos a pedalear junto al Dulce entre Jodra del Pinar y Estriégana, es su tramo inicial y aún no hay apenas barranco.

Barbatona

Paso por Alcolea y como estaba previsto, a la hora de comer, caemos en Aguilar de Anguita, donde tenemos recomendado comer en Casa Juan, sitio que, como no, también conoce Paquito. Cervecitas frescas, excelente comida y estupenda atención, nos dejan como nuevos para seguir camino. Camino que sigue sorprendiendo y haciéndonos disfrutar, pues tras pasar Anguita, se pega al Tajuña para recorrer varios kms por otro tramo espectacular y de gran interés, de vueltas y revueltas que, valle arriba, nos lleva hasta Luzón, otro pueblo que también nos sorprende y nos obliga a recorrer algunas de sus calles y plazas.
Luzón
A la salida de Luzón, otra senda pedregosa pone un poco de emoción y dificultad y, ya superada, nos deja en terreno de monte bajo, por caminos entre modernos molinos de viento, desde donde enfilamos a Maranchón, que ya está a la vista. Buscamos la casa rural, cenamos de plato combinado en un pequeño bar con animada charla y fin de esta jornada que, tengo que insistir, nos ha ofrecido una de las mejores rutas en bici, la mejor para mí en su conjunto.

Domingo 19.  Maranchón-Santa María de Huerta  (76 km)

Cumple este pueblo con su fama de ser de los más fríos de España y amanece un día de frío total.
Medinaceli
Hace sol, lo que promete mejoría, pero al poco rato de salir se cubre totalmente y se hace aún más intenso el frío. Así recorremos los primeros kms y varios pueblos de Soria, con un entorno magnífico de monte de robles y encinas, cerrados valles o amplias mesetas, pero sin un triste bar donde tomar un café y cambiar por un poco de calor el mucho frío que llevamos.

Por fin llegamos a la Estación de Medinaceli, pero decidimos calentarnos primero con la cuesta y parar ya arriba en el pueblo. Salvo Teo que es capaz de subir campo a través, los demás hacemos por carretera esta larga subida, para reconfortarnos luego con unos ricos torreznos y tortillita recién hecha (inevitable no recordar a Pepe)
Bar de la estación de Arcos de Jalón

De nuevo en ruta, que nos lleva a un tramo muy curioso … y cómodo, pues el camino discurre durante un buen trecho por la antigua N-II, sin apenas tráfico, compartiendo el estrecho desfiladero con la vía del tren y el río, por un paraje muy bonito hasta llegar a Somaén, localidad situada en un impresionante escenario, encaramada en lo alto y en el centro de una gran curva del río Jalón.





Desde aquí seguimos el valle del Jalón, ya por camino, hasta el cercano Arcos de Jalón donde hacemos parada y fonda en el bar de la estación. Ya repuestos, hacemos los últimos kms por una amplia vega hasta llegar a Santa María de Huerta, fin de la ruta. Visita y fotos del famoso monasterio, paseo por el pequeño pueblo para tomar unas cervecitas y, ante la imposibilidad de cenar en ningún bar, lo hacemos escasamente en la casa rural.

Lunes 20.  Santa María de Huerta-Ateca  (52 km)

Última jornada de este viaje, que no presenta dificultad alguna y que se prevé agradable puesto que el día amanece soleado y sin frío. Ya en Zaragoza, pasamos por Torrehermosa, pueblo espectacular muy bonito y muy cuidado que merece una breve parada. Seguimos por un valle amplio, zona agrícola y de frutales, con pueblos como Ariza o Cecina, terreno llano que vamos recorriendo a buen ritmo.

Parada en Alhama de Aragón, un  bonito pueblo donde echamos unas cervecitas en una terraza al sol, en este día espléndido. En la siguiente tirada llegamos ya a Ateca donde ponemos fin a la ruta con un paseo turístico por este interesante pueblo aragonés. Finalmente nos reunimos con Ramón para cargar las bicis, comer y emprender la vuelta.

Ateca

Y así termina, con gran satisfacción, una de las más bonitas e interesantes rutas que hemos realizado hasta ahora. Pero como la felicidad completa no existe, a Teo y al que escribe nos amarga un poco la fiesta la DGT (nada comprensivos) con un par de recetitas por no llevar cinturón. Aunque como dice Pepe, lo que se paga con dinero es barato!

Muy recomendable esta gran ruta que es el Camino del Cid. Para andar puede ser tedioso en algunos tramos, pero para la bici es un recorrido que está muy bien. Anímate!



Antequera ... va la tercera!

23 enero 2015

(pendiente el comentario del anfitrión antequerano)